NUEVA YORK (CNNMoney) — El aeropuerto del futuro será menos como una extensa terminal de autobuses y más como un gran parque sostenible.
El número de pasajeros y aeronaves se duplicará para el año 2033, asegura Jack Plunkett, director de Plunkett Research, firma especializada en la industria de los viajes. Para adaptarse a esas crecientes multitudes, los aeropuertos están transformándose, y unos pocos están dando prioridad a la sostenibilidad como parte del proceso.
“Podríamos resumir el futuro de los aeropuertos en una frase simple: Más grandes y mucho más eficientes”, dijo Plunkett.
Justamente ahora se construye un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México, previsto para concluirse en 2020, que hará que el viajar sea mejor para los pasajeros y para el medio ambiente.
El nuevo diseño de la terminal, que dará servicio a 50 millones de personas al año, gravita en torno a la eficiencia energética. Las puertas de embarque estarán a corta distancia, y el techo se está construyendo para incorporar tecnología solar. También habrá una planta de energía en el lugar que recolecte, trate y recicle el agua de lluvia.
Otras partes del mundo también se están sumando al juego de la sostenibilidad, llevando los viajes al Siglo XXI.
“Los chinos han estado muy por delante de la curva”, dijo Plunkett. “Con los Juegos Olímpicos de Beijing y luego la Expo Mundial de Shanghái, fijaron el listón muy alto en cuanto a desarrollo de aeropuertos”.
El directivo mencionó el tren ‘maglev’ de Shanghái, que utiliza la tecnología de levitación magnética para trasladar a los pasajeros desde las afueras de la ciudad al aeropuerto a una velocidad de 200 millas por hora.
Foster + Partners, la firma de diseño detrás del nuevo aeropuerto de la ciudad de México, también estuvo a cargo de la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional de Beijing. Aquel diseño, que semeja a un dragón, se centró en la eficiencia, la sostenibilidad y la luz natural.
El altísimo techo está salpicado de tragaluces para maximizar el sol matutino, las conexiones entre terminales toman dos minutos en un tren que viaja a 80 millas por hora, y el sistema de calefacción y refrigeración fue construido para minimizar el consumo de energía.
Luego está la Terminal 2 de Londres, que es el primer aeropuerto del mundo con certificación BREEAM de edificios sostenibles. Fue galardonado con la distinción por su diseño de bajo impacto ambiental y funcionamiento sostenible, que incluye una reducción de las emisiones de CO2, eficiencia hídrica y sistema de control de iluminación para disminuir el uso de electricidad.
La terminal tiene como meta reciclar y transformar en composta el 70% de sus residuos para el año 2020.
Algunos aeropuertos de Estados Unidos también han adoptado un enfoque sostenible.
El Departamento de Aviación de Chicago, por ejemplo, ha empleado por dos temporadas un rebaño de cabras, ovejas, llamas y burros para que pasten en las 3,230 hectáreas del terreno del Aeropuerto Internacional O'Hare. Visto como una alternativa a los herbicidas tóxicos, la manada es parte de la iniciativa del aeropuerto para el manejo sostenible de la vegetación.
Y el Aeropuerto Internacional de Denver acaba de añadir otra serie de paneles solares que compensará las emisiones de gases de efecto invernadero cada año y puede generar suficiente electricidad para abastecer unos 500 hogares.
El aeropuerto está pensando también a pequeña escala, y ha instalado estaciones de agua potable para rellenar botellas a fin de que los pasajeros puedan hidratarse sin generar residuos.
En su primer año, las estaciones llenaron el equivalente de 600,000 botellas de plástico de medio litro, ayudando a reducir los residuos.
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